top of page
Exploración de la opresión en La última niebla de María Luisa Bombal

Karla Castillo / María Loaiza / Luis Torres

La obra literaria de María Luisa Bombal se erige como un testimonio de experiencias femeninas posibles en  estructuras sociales y de género marcadas por la desigualdad económica y la asignación de roles y estereotipos. A través de sus narraciones, la autora chilena construye  universos donde sus protagonistas enfrentan las restricciones impuestas por la sociedad, la familia o la pareja, así como la internalización de normas y estereotipos que moldean su conciencia y comportamiento. En este sentido en la novela La última niebla (1934), la autora “elabora un discurso desde una perspectiva femenina en el terreno ambivalente de la transgresión y la claudicación al orden patriarcal” (Guerra, 2012, p. 13). Bombal explora la perspectiva de la protagonista a través de una voz narrativa en primera persona. Así,expone la forma en que las concepciones negativas sobre la soltería afectan la individualidad y autoestima del personaje y como la mujer es tratada como objeto de complacencia del esposo.  Todo ello hace que la protagonista se debata entre la necesidad de liberación y la imposición de cumplir con el rol de esposa obediente; sin embargo, aparentemente, no existe la posibilidad real de salir de esta posición de opresión.

La opresion de genero se basa en un sistema de desigualdad y discriminación arraigadas en las estructuras sociales, económicas y culturales que limitan y oprimen a las personas en base a su identidad de género. Esta opresión se manifiesta de diversas formas en la vida cotidiana y se refleja en la asignación de roles y estereotipos de género que moldean las experiencias y percepciones de las personas. Según Facio y Fries (2005) esta opresión es propia de “la ideología patriarcal que no sólo explica y construye las diferencias entre mujeres y hombres como biológicamente inherentes y naturales, sino que mantiene y agudiza otras (todas) formas de dominación” (p. 4). La obra de Bombal ofrece un testimonio de la experiencia femenina en una sociedad dominada por los hombres, donde las normas y estereotipos de género perpetúan la opresión y limitan la libertad y autonomía de las mujeres.

Presencia de opresión de género

En La última niebla, la opresión se refleja en primera instancia a través de la expectativa social que rodea al matrimonio. En la historia, el matrimonio no se presenta como una elección basada en el deseo personal de la protagonista, sino más bien como un deber impuesto por la sociedad. Esta presión social ejerce una fuerte influencia sobre la protagonista, quien se ve impulsada a casarse con su primo “—¿Sabes que has tenido una gran suerte al casarte conmigo? — Sí, lo sé —replico, cayéndome de sueño” (Bombal, 1996, p. 7), Daniel, esposo de la protagonista, revela en esta cita una clara dinámica de poder. Su comentario sugiere que él cree haberle hecho un favor al elegirla como esposa, implicando así una expectativa de retribución por parte de ella. Esta visión del matrimonio es parte de la estructura patriarcal de los años 30, época en la que se desarrolla la historia. En este contexto, las mujeres eran mal vistas si permanecían solteras, y esta presión social ejerce una fuerte influencia sobre la protagonista, quien se ve impulsada a casarse con su primo, aun cuando su verdadero deseo o elección no esté completamente reflejado en esta dinámica.

Estas expectativas y normas hacen que las mujeres se sientan obligadas a actuar de cierta manera, incluso si eso no es lo que quieren hacer, porque “una es mujer en la medida en que funciona como mujer en la estructura heterosexual dominante, y poner en tela de juicio la estructura posiblemente implique perder algo de nuestro sentido del lugar que ocupamos en el género” (Butler, 2007, p. 12). Para el personaje femenino de esta novela el no cumplir con estas expectativas de matrimonio implica cargar con el estereotipo de solterona; de ahí que su esposo le diga: “—¿Te hubiera gustado ser una solterona arrugada, que teje para los pobres de la hacienda? Me encojo de hombros. —Ese es el porvenir que aguarda a tus hermanas...” (Bombal, 2017, p. 7). Daniel en este fragmento está perpetuando el estereotipo de que el matrimonio es la única opción aceptable y deseable para las mujeres. De este modo, la soltería  resulta una vida de fracaso para las mujeres pues implica que no han alcanzado a cumplir con el rol que se les ha asignado: cuidar un hogar, ser madres, complacer a un hombre.

 

La posición de subordinación de la protagonista se refuerza a través de la comparación permanente con la primera esposa de Daniel. De esta manera, a pesar de que ser bella y tener un cuerpo jovial no alcanza a cumplir con las expectativas de su esposo quien idealiza a su difunta esposa y la considera perfecta: “Mi marido me ha obligado después a recoger mis extravagantes cabellos; porque en todo debo esforzarme en imitar a su primera mujer, a su primera mujer que, según él, era una mujer perfecta” (Bombal, 1917, p. 9). En tal sentido, cumplir con el rol de esposa, es decir satisfacer los deseos de su marido le exige moldear su comportamiento, vestimenta y personalidad para replicar un modelo que resulta  idealizado e inalcanzable. Pues, como se sobreentiende, la imagen de la ex esposa muerta corresponde a una construcción que ha hecho el esposo de ella y no a una mujer real.  

Internacionalización de la opresión

La internalización de la opresión se manifiesta cuando las personas han interiorizado y asumido como válidas las normas y conductas impuestas por la sociedad dominante, las cuales perpetúan su propia opresión. Este proceso puede tener lugar de manera tanto consciente como inconsciente. Para Ortiz Hernández (2004) esta interiorización “cumple con una función social al hacer que las percepciones, los pensamientos y las acciones de los individuos se apeguen a los valores dominantes” (p. 180). Esto sugiere que la internalización de la opresión no ocurre solamente en la mente de una persona, sino que está conectada a cómo funciona toda la sociedad. Las personas que interiorizan la opresión como la protagonista de La última niebla también contribuyen a mantener las reglas y creencias que causan esta opresión.

En el desarrollo de la obra la falta de autonomía de la protagonista refleja este proceso de internalización de la opresión. Desde el principio de la novela, se evidencia cómo su esposo y la sociedad en general dictan cómo debe vivir y comportarse. Un ejemplo claro de esto es cómo el esposo controla si puede salir de casa o no: “Una idea loca se apodera de mí. Sacudo a Daniel, que entreabre los ojos. — Me ahogo. Necesito caminar. ¿Me dejas salir?” (Bombal, 2017, p. 12). Este control sobre su vida y decisiones refleja cómo este personaje femenino acepta su situación sin cuestionar y depende del permiso de su esposo para tomar decisiones sobre su propia vida. Esta falta de autonomía no solo limita sus acciones, sino que también refuerza su sumisión dentro de la relación matrimonial. 

Ruptura y adaptación a las normas  

La historia de Bombal presenta a esta protagonista que desde el momento inicial de su matrimonio es consciente de su infelicidad, ella sabe que su vida está sometida a los estereotipos sociales. Sin embargo, desea sentir el amor y la aceptación lo que la impulsa a buscar una conexión emocional fuera de su matrimonio, desafiando así las normas de la monogamia y la fidelidad.

El amante representa una ruptura con la norma monogámica y la cotidianidad opresiva de la vida matrimonial. Para la protagonista, representa un escape emocional y una oportunidad de explorar una relación fuera de las restricciones impuestas por su esposo y la sociedad. “Yo tuve una hermosa aventura, una vez... Tan sólo con un recuerdo se puede soportar una larga vida de tedio” (Bombal, 2017, p.15), el recuerdo de esta aventura además puede aliviar el fastidio de la vida cotidiana y brinda a la protagonista un sentido renovado y un escape de su existencia monótona.

Sin embargo, este escape también marca un punto crítico para la protagonista cuando su esposo cuestiona la realidad de su experiencia. “Daniel tiene razón. Aquella noche bebí mucho, sin darme cuenta, yo que nunca bebo. Pero en el corazón de la ciudad esa plaza que yo no conocía y que existe... ¿Pude haberla concebido sólo en sueños?” (Bombal, 2017, p. 22). La duda sembrada por su esposo sobre la existencia de su amante la sumerge en una profunda pérdida, ya que había encontrado en esa relación un refugio y un sentido de plenitud a pesar de su matrimonio: “Mi amante es para mí más que un amor, es mi razón de ser, mi ayer, mi hoy, mi mañana” (Bombal, 2017, p. 24). Como se observa, la protagonista le otorga a su amante un significado vital, por lo que reconocer que podría no haber sido real la golpea profundamente, ya que, por un lado, desestabiliza el sentido que hasta el momento le había dado su vida y, por otro, implica la aceptación de que su esposo tiene razón aun por encima de sus propios recuerdos.

De esta manera, la posible liberación que representó su aventura queda trunca, frente a la autoridad del marido y la sociedad. Para la protagonista el único escape podría ser la muerte, sin embargo, considera que a su edad el suicidio no tiene sentido: “Carnes mustias y pegadas a un estrecho esqueleto, un vientre sumido entre las caderas... El suicidio de una mujer casi vieja,¡qué cosa repugnante e inútil! ¿Mi vida no es acaso ya el comienzo de la muerte? Morir para rehuir” (Bombal, 2017, p. 29). Al decidir esperar la muerte para rehuir de su presente, la protagonista acepta continuar en el lugar que socialmente se le ha asignado y que privilegia al hombre que constantemente la humilla.  

En conclusión, María Luisa Bombal, en su novela La última niebla, nos muestra cómo las mujeres enfrentan dificultades dentro de una sociedad que  limita su autonomía y libertad. La conciencia y adaptación de su personaje a esta situación de desventaja  es parte de la internalización de normas y estereotipos que restringen las acciones y pensamientos de las mujeres, llevándolas a adaptarse a un sistema que las oprime.

Finalmente, el amante que aparece como una clave para salir de su matrimonio infeliz es borrado por las palabras del esposo que se imponen sobre los recuerdos de la protagonista. Ello marca la aceptación de su lugar y la coloca en una situación en la que no existe escapatoria, pues no tiene a donde ir, ni hay factores que contribuyan a que desarrolle su autonomía. 

 

Referencias

 

Bombal, M. L. (2017). La última niebla / La amortajada. Epublibre.

 

Butler, J. (2007). El género en disputa: el feminismo y la subversión de la identidad. Paidós.

 

Clark, Z. Y. (2010). Eco-feminismo en la narrativa surrealista de María Luisa Bombal. Cuadernos del CILHA, 11(1), 59-68. 

 

Facio, A., & Fries, L. (2005). Feminismo, género y patriarcado. 

 

Guerra, L. (2012). Mujer, cuerpo y escritura en la narrativa de María Luisa Bombal. Ediciones UC.

 

Ortiz-Hernández, L. (2004). La opresión de minorías sexuales desde la inequidad de género. Política y cultura, (22), 161-182

Suscríbete y recibe las nuevas publicaciones de Ripio

  • Facebook

©2020 Revista Ripio. Diseño web Leonardo Pinto ​

bottom of page