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Madres e hijas con destinos trágicos: los ciclos de violencia en la narrativa de Elena Garro 

 Nohelia Riofrío / Alejandra Cabrera / Gabriela Condoy 

La producción literaria de Elena Garro se caracteriza por plasmar críticas  de índole social, una de las temáticas recurrentes es la condición femenina, y la aborda a través de la exploración y el cuestionamiento de los roles asignados socialmente a la mujer, así como las situaciones naturalizadas de violencia de género, lo que incluye la violencia sexual. Este es el caso del cuento “El anillo” (1964) y la obra de teatro “Los perros” (2006), cuyas historias relatan las vidas de madres e hijas marcadas por un contexto social machista en donde las mujeres son o fueron víctimas de abusos, cuyo resultado es la tragedia en la vida de las mismas. En “El anillo” son Camila y su hija Severina quienes entran en escena, ambas víctimas de un círculo familiar marcado por la violencia ejercida por el patriarca del hogar; en “Los perros” la situación se torna más compleja debido a que las protagonistas, Manuela y su hija Úrsula, enfrentan varios tipos de abusos a manos de hombres que marcan el desarrollo de su historia. 

El contexto patriarcal  en el que se desenvuelven  los personajes produce situaciones de sobreprotección por parte de las madres hacia sus hijas mujeres, situación que más adelante desemboca en la repetición de patrones de violencia por parte de las hijas. En este ensayo se pretende analizar cómo el contexto social del que son partícipes las mujeres de Garro afecta las relaciones de madres e hijas y las decisiones que estás ejecutan a lo largo de la narración.

El machismo naturaliza relaciones  de poder que privilegian al hombre sobre la mujer, al respecto Duque y Montoya (2011) mencionan que “es una forma de masculinidad usada para describir una actitud de superioridad y dominación por parte de los hombres” (p. 3), estas actitudes de supremacía de género se pueden expresar mediante la violencia física, psicológica y/o sexual o bien, a través de situaciones donde el hombre se relaciona con las  mujeres como si fueran una posesión. Así, en “El anillo”, Camila está expuesta a la violencia física que sufre dentro de su casa a manos de su esposo, quien como patriarca de la familia, ejerce su poderío de forma autoritaria sobre su esposa e incluso, sobre sus hijos. En este caso, la dominación masculina se representa a partir de entender a la esposa, Camila, como una pertenencia. El matrimonio viene a ser una camisa de fuerza de la que Camila no puede escapar y, por tal razón, debe aceptar los maltratos de su esposo, es así que en el cuento se relata:

 

Tenía yo urgencia de llegar a mi casa, porque mi esposo, como es debido cuando una es mal casada, bebe, y cuando yo me ausento se dedica a golpear a mis muchachos. Con mis hijos ya no se mete, están grandes, señor, y Dios no lo quiera, pero podrían devolverle el golpe. En cambio con las niñas se desquita. (Garro, 1964, p. 41) 

Esta situación, descrita en el cuento, refleja la dinámica clásica de un sistema patriarcal en donde la mujer se ve “inmersa en situaciones de vulnerabilidad al ser maltratada no sólo por su pareja, esposo o conviviente, sino también por la figura paterna” (Ortega Pérez y Peraza de Aparicio, 2021,  p. 108). En este caso Camila parece haber aceptado la situación, de ahí que mencione que es “debido cuando una es mal casada”, así, ella no puede eliminar esta violencia, apenas puede evitar que su marido golpee a sus hijas en su ausencia.  En este sentido, Camila y sus hijas son víctimas de una estructura familiar violenta que parece inevitable y tiene como eje al padre. 

En “Los perros”, se encuentra a Manuela quien de niña fue secuestrada y abusada por un hombre mayor, luego, obligada a vivir con él. También se hace presente Úrsula, hija de Manuela, a quien le espera el mismo destino que a su madre. En ambos casos es clara la dominación masculina sobre el personaje femenino, pues es el hombre quien decide, mediante sus actos, el destino de la mujer:

Manuela: Y los viejitos me echaron en un burro y me llevaron a Los Lagos. Muchos meses me curaron. Y todo ese tiempo viví en su casa y Rosales nada más me miraba. Luego llegó el tiempo en el que me llevó a vivir con él. Apenas me daba su olor me agarraban los temblores, porque nunca lo quise. Entonces se compró una pistola y con ella me golpeaba, y bañada en sangre me ocupaba. ¡Así me halló mi mamá! Siete años duró su búsqueda, pues nadie le daba razón de mi paradero. Cuando me halló estaba muy vieja, con las ropas y los pies rajados de tanto andar. Ni lloramos, nada más nos quedamos mirando, mientras tristes pensamientos se nos iban y venían. ¡Así será la suerte de la mujer, por estas tierras de Dios! (Garro, 2006, p. 224)

En este fragmento es evidente la relación de violencia y posesión que ejerce Rosales sobre Manuela, demostrando una actitud de superioridad y de abuso de poder a partir de razones de género. Además, la frase con la que culmina el fragmento:  “¡Así será la suerte de la mujer, por estas tierras de Dios!” Señala la tragedia y la aceptación del abuso como el destino de la mujer, destino que además es aceptado por Dios. Así, la sumisión de lo femenino se establece como un mandato divino que encuentra su argumento en la biblia, de ahí que en el libro Efesios se encuentra la siguiente cita: “Las mujeres deben someterse a sus esposos al igual que se someten al Señor” (Nueva Biblia Viva, 2008, Efesios 5:22), esta cita iguala al marido con Dios al tiempo que establece una relación de sometimiento y dominación entre mujeres y hombres. 

El contexto de violencia que viven las protagonistas de estas historias es el medio principal para que las relaciones materno filiales se vean marcadas por  la sobreprotección. Esta situación se presenta cuando la madre cuida excesivamente a su hija, limitando su libertad y autonomía, con el fin de evitar que repita sus mismas experiencias e historias de vida. Según Anchundia Paredes y Navarrete Pita (2021) la sobreprotección hace que “los padres limiten a su hijo según sus propios temores, inseguridades y le transmiten esa información al niño” (p. 2), en este sentido la sobreprotección que las madres reflejan en las obras “Los perros” y “El anillo” se da por el miedo a que la hija tenga un destino fatal y este temor surge a partir de las experiencias de las progenitoras que se acaban de describir. 

En la obra de teatro “Los perros”, la madre expresa el temor a que su hija enfrente  el mismo destino de terminar siendo ultrajada por un “hombre malo”. Manuela oculta durante años su pasado violento y la verdadera identidad del padre de Úrsula, tratando de evitar que su hija se relacione con los sucesos que marcaron su infancia y alejándola, mediante el ocultamiento, de tales hechos. Sin embargo, contra todo pronóstico, Úrsula es amenazada con ser raptada al igual que su madre: “Se decía que Jerónimo te va a robar esta noche” (Garro, 2006, p. 217). Úrsula al enterarse del inminente peligro acude a su madre en advertencia y es cuando Manuela revela sus secretos. A pesar del miedo de la niña, la madre sigue negando la realidad e intenta contenerla: “No lo digas ¿Por qué habías de tener tú la misma mala suerte? Dios no permitirá que heredes mis sufrimientos” (Garro, 2006, p. 222). La sobreprotección que Manuela demuestra hacia su hija es la de ocultar las amenazas que la rodean y apelar a la buena voluntad de Dios, además, evita aludir aquella posibilidad, ya que según sus creencias, hacerlo es abrirle la puerta a la tragedia.  

En el caso del cuento “El anillo” la sobreprotección de la madre se desarrolla en torno al temor de perder a su hija a manos de un “hombre malo”. En el cuento se da a entender que Severina, la hija, luego del primer encuentro con Adrián no vuelve a usar la palabra y se empieza a “secar”. Según Camila, esto se debe a que Adrián le está haciendo el mal: “Mira, Leonor, yo no sé quién es tu sobrino, ni qué lo trajo al pueblo, pero quiero que me devuelva el anillo que le quitó a mi hija, pues de él se vale para hacerle mal” (Garro, 1969, p. 42). Camila asume que este hombre amenaza el bienestar de su hija, esto se debe a que la relación violenta que vive con su esposo la mantiene en un estado de alerta constante, por lo que desconfía de Adrián, quien además es nuevo en el pueblo. Lo otro, es que el pensamiento de Camila se nutre de mitos y creencias, de ahí que el daño percibido a través del anillo resulta tan sobrenatural como los argumentos que ella desarrolla para culpar a Adrián de querer matar a Severina: 

“Va a mi casa a matar a Severina”, le leí el pensamiento, señor, porque para allá se encaminaba, de espaldas, buscando el camino con sus talones. Le vi su camisa blanca, llameante, y luego, cuando torció la esquina de mi casa, se la vi bien roja. No sé cómo, señor, alcancé a darle en el corazón, antes de que acabara con mi hijita Severina… (Garro, 1969, p. 43)

Camila asesina al “agresor” de su hija, ya que asume que este hombre quiere matarla. Sin embargo, Camila llega a plantear todas estas suposiciones sin considerar la versión de Severina acerca de los acontecimientos previos. Severina no se “seca” porque Adrián le esté haciendo el mal, sino por el amorío interrumpido que tuvo con él. De esta forma, la sobreprotección de Camila no combate con peligros reales, sino con sus propios temores. Además, termina siendo la ejecutora de la tragedia de su hija al asesinar al hombre que ella ama.

En ambas situaciones la sobreprotección de las madres sobre las hijas se establece como una relación basada en la supervivencia y el deseo de no repetir experiencias de vida, es el producto de un contexto de doblegación que da como resultado una necesidad de proteger a las hijas del destino por el que ellas han pasado. Necesidad que no puede solventarse debido a que las condiciones del medio, marcadas por la naturalización de las relaciones de poder asimétricas entre hombres y mujeres, así como las creencias religiosas y supersticiosas que justifican estas relaciones u otras acciones violentas continúan vigentes.  Así, en “Los perros”, Úrsula repite el destino de su madre Manuela al ser raptada y violada, con respecto a esto Sánchez Reyes (2019) menciona lo siguiente: “Madre e hija representan el ciclo de la mujer violada: su cuerpo de púber es visto como recipiente del semental; sin placer sexual ni amor; maternidad frustrada porque ellas nunca lo desearon de sus violadores; y vejez, desdichada” (p. 193), dando a entender que tanto Manuela como Úrsula son parte de un ciclo de repetición de patrones que tiende a permanecer debido, principalmente, al contexto social en que la historia de estas mujeres se desenvuelve. Por otro lado, en “El anillo” Camila trata de proteger del “hombre malo” a su hija Severina, esto con la clara intención de evitarle a su hija su propia historia de sufrimiento a causa de un hombre violento. En este caso en particular no hay una repetición de patrones ya que la madre en su afán de interrumpir el círculo de maltrato termina matando a Adrián y con ello se convierte ella misma en la causante de la tragedia de su hija

Como se puede evidenciar, las historias plasmadas en “Los perros” y "El anillo” reflejan cómo las relaciones interpersonales pueden verse afectadas debido a las experiencias, principalmente negativas, vividas por las mujeres garrianas, de forma que el contexto social en el que los personajes se desarrollan se convierte en la base del accionar femenino. Así, el contexto machista en el que viven las mujeres de Elena Garro es fundamental para establecer la relación de sobreprotección que ejercen las madres sobre las hijas para intentar evitar la repetición de patrones, lo cual, culmina en el destino fatal por el que pasan las mujeres retratadas en estos escritos.
 

Referencias


 

Anchundia Paredes, L. R. y Navarrete Pita, D. C. (2021). Incidencia de la sobreprotección familiar en el desarrollo autónomo del niño de Inicial I y II de la Unidad Educativa Provincia de Manabí, Cascol. VARONA,  (73), 1-12. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=360670689015 

 

Duque, L. y Montoya, N. (2011). Actitudes machistas en Medellín y el Valle de Aburrá. PREVIVA. https://www.udea.edu.co/wps/wcm/connect/udea/1f322f62-a382-403b-a659-fe5732a0825d/Documento+3+Actitudes+machistas+en+MedellA%CC%83%C2%ADn+y+el+Valle+de+AburrA%CC%83%C2%A1+08.2011.pdf?MOD=AJPERES&CVID=lgHAOiQ

 

Garro, E. (2006). Los perros. Obras reunidas. Fondo de cultura económica.

 

Garro, E. (1964). El anillo. La semana de colores. Ficción Universidad Veracruzana.

 

Nueva Biblia Viva. (2008). https://www.biblegateway.com/passage/?search=Efesios%205%3A22-24&version=NBV 

 

Ortega Pérez, M. A. y Peraza de Aparicio, C. X. (2021). Violencia intrafamiliar: la reparación integral como un derecho en el Ecuador. Iuris Dictio, 28(28), 107-118. https://doi.org/10.18272/iu.v28i28.2145 

 

Sánchez Reyes, F. (2019). Elena Garro: la mujer desdichada. Tema y Variaciones de Literatura, 1(52), 187-204. http://temayvariacionesdeliteratura.azc.uam.mx/index.php/rtv/article/view/210

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