Sonata para un cuerpo en la bañera
Francisco Álvarez Koki
La bañera como un barco
te mecía en el tiempo,
y a través del agua
yo era tu silencio.
El agua tenue se hundía
por tu hermoso cuerpo
mientras la luna se filtraba
con todos sus misterios.
Los visillos de la ventana
jugaban con el viento,
mientras la bañera te rodeaba
con sus brazos de hierro.
El agua, otra vez el agua
en su dulce chapoteo
subía por tu piel
para entrar en tus secretos.
Yo era el vendaval
que soplaba en tus velas
y era el maremoto
que sacudía tu bañera.
Pero al final fue el tiempo
más firme que mi fuerza
y me volví playa y me volví puerto
para ser agua de tu misma bañera.
Ortografía de tu cuerpo
Desde aquí pienso…
en los puntos suspensivos y las comas
que sólo conocemos yo y tu cuerpo.
Ahora me invade no sólo la tristeza
sino la geografía del silencio.
Retrato cubista
Quedaré detenido ante el temor
de incendiar las alfombras
—José Lezama Lima
Desde el lienzo cubista
y desde la altura…
de una métrica medida,
unos ojos como oídos nos sentían.
Tal vez después el osado pintor
interrogue al cuadro
sobre nuestros jadeos y demás juegos malabares.
Pero el cuadro,
fi el al arte de nuestros cuerpos
permanecerá sonriente y mudo
con el todavía caliente tintineo de tus besos.
El sofá se recupera de las embestidas
y por el suelo saltan las chispas
de dos cuerpos, cuya energía se extingue
en la hoguera de las pasiones
que vibran al unísono.
Descansamos…
más tarde volvimos al encuentro,
era fuego, era sueño y era poesía…
Bajando por tu cuerpo,
subiendo por mis besos.
Mujer de altas montañas
me perdí en tus altiplanos
y el eco sonido de mis pasos
se confundió en tus huellas.
Una mujer me espera
Una mujer me espera
cada mañana al alba
con su pelo suelto
como la palabra
y sus ojos negros
como lunas claras.
Una mujer me espera
hecha abecedario
con su sonrisa inmensa
y su trágico llanto.
Voy como las esferas
silencioso y girando
dormido en tus dos pechos
de limones y dardos.
Te beso entre tu vida,
siempre en tránsito,
y me muero contigo
en cada orgasmo.