A Quito
Karla Armas
Acaso se me permite tan siquiera llorar
gritar, patalear, ser loca, bruja, maldita
puedo señor mío
ser el bicho raro
la coja bruta, la sin dientes
darte placer sin amor
aburrirme de la gravidez y de ti
dios menguante
¿me verías en harapos?
o debo ponerme la camisa de fuerza
me aceptarás al pintarme los labios
en mixtura perpetua
con el rojo carmesí de mi vulva
inyectada de deseo
los tacos aguja ya no esconden
a la marimacho
aulló el lobo en mis entrañas
ya leí todo al revés
fui esa sirvienta del diablo
dándole placer por lasciva
limpié su sexo con lágrimas de sal
no tuve la decencia
de amar despacio
de sostener las tetas en el puesto por el resto de mis vidas
para comerme la ostia y beber el vino a sorbos sin que se note
la sed los ojos que se desvían total, de un polvo vine y al polvo
me iré.