3ER TEXTO
Luis Cordero Pinta
¿Alguna vez han experimentado o han sentido ese ardor en el estómago? Como si algo estuviese raspando por dentro, quemando, lastimando.
Tuve esa sensación hoy, pero no en el estómago, si no en el corazón. Parece ser que traigo una acidez bastante fuerte. Quema, arde. Todo esto es insoportable, sube a la garganta convirtiéndose en palabras atravesadas, cegado como aquel poema: “traigo una mujer atravesada en la garganta y sobre todo en el corazón”.
Hoy en la mañana fui al doctor y me ha recetado melox, poesía, música y ejercicio. La vida es bastante paradójica, y sobre todo el amor. Te vas de alguien por no tenerle cerca porque está a kilómetros, siendo así te marchas con alguien que vive a unas calles de tu casa y le ves cada diez días, ocho o quince. Pero ese no es el detalle, vas y te la rifas, decides llevar tu gastritis de corazón al doctor, que para acabarla es tu amigo, pero al igual que tú es un idiota. Y entonces concluyes igual que antes, sabiendo que lo único que sucede en tu vida ya no es controversial para ella.
Pero aun así dejas que las mariposas que te vuelan en medio de las piernas sigan transitando y lleguen a tu intestino. Te desvelas todas las noches y tomas una dosis de jarabe de letras, lanzas un poco a las libretas y el dolor
se esfuma. Hablas con Dios y le dices que esta gastritis de corazón se está pasando al estómago, él te responde: olvídalo, ya mañana vas y le pegas un trago a sus besos, quizá no te cures, pero quitarás el dolor.
- ¿Y cuándo sanaré?
-Tú síguele jugando al idiota, pero sé menos pendejo que los otros. Mañana te compro tu omeprazol, quizá esa mujer ya se marchó de tu garganta, o de tu corazón, y si tienes mucha suerte de su casa.