Andrea Rojas Vásquez: la escritura, un continuo presente que me habita

Nació en Loja en 1993. Ing. Agroindustrial, escritora y gestora cultura. Autora de la plaquette Ay mi conejito era tan picarón en ritmo de raro adagio (Loja, 2018). Obtuvo la primera mención de honor en el Concurso Nacional Ileana Espinel Cedeño (Guayaquil 2019). Invitada al festival de La Lira 2019 (Cuenca, 2019) y a la FIL Quito (2019).
Actualmente dirige el sello micro artesano editorial “Y punto, literatura express”.
¿En qué situaciones escribes poesía?
Creo que la escritura se origina en algún lugar de mi cuerpo, imagino que el lenguaje se mueve dormido entre mis vísceras, por tanto, la creación más que un acto es un continuo presente que me habita; escribo desde el registro de esa inoculación silenciosa. Sin embargo, está sujeta a términos más racionales, entiendo que hay un principio emocional que me mueve a usar las palabras. Hay textos que se ensamblan como una estructura izada a partir de lecturas o de un conjunto de ideas que se clarifican y ordenan previo a ser dilucidadas, y textos que emergen sin aviso. No siento que necesite un lugar específico o un ritmo vertiginoso, o en contraparte, tranquilo, para que pueda suscitarse esto, porque he aprendido a escribir en cualquier espacio, casi siempre escribo desde la incomodidad y el ruido. Aunque admito que prefiero usar el silencio de la madrugada.
¿Por qué decidiste ser poeta?
Yo no decidí ser poeta, de hecho, no sé si sean esas decisiones tan conscientes que uno toma. Lo que decidí realmente era ser escritora, nunca dije: “bueno, voy a ser poeta, novelista o cuentista”, aunque sí me imaginaba como novelista.
¿Cómo entiendes el campo cultural en Loja y tu lugar en este círculo?
Siento que he aportado de alguna manera significativa desde la visión cultural, ha sido bastante anímica. No pertenezco realmente a un grupo muy grande de gestores que han dejado cuestiones independientes o muy alternativas.
De tus publicaciones, ¿cuál es la que más relees?
Al sacar algún texto, siempre me fijo mucho en la edición, la cual considero que es más demandante para la publicación, pero decir que yo releo un texto, no, ya está pulido y listo para ser presentado y no hay más revisión o relectura. Solo al ser una presentación pública estaríamos hablando de la relectura del texto.
¿Cuáles son las temáticas, recursos con los que estas experimentando e imágenes con las que trabajas?
Actualmente trabajo con la idea de la fotografía. Casi hace un año empecé a hacer escritura a partir de fotografías que había ido capturando entonces cree inconscientemente un archivo fotográfico del que empecé a hablar con cierta inconsciencia, pero cuando ya me di cuenta comencé a abordar el tema de lo visual, entonces he estado básicamente enfrascada en este trabajo. Incluso se puede encontrar un poco de este trabajo en mis redes sociales, como Instagram.
¿Qué entiendes por corporalidad?
Podría relacionarla con la realidad vívida del cuerpo, muy florecida. Uso elementos corporales de manera discreta, no hablo necesariamente del cuerpo como tal, menciono más la corporalidad del paisaje.
¿Cómo defines la poesía?
Yo creo que la poesía es una mirada alucinatoria sobre el mundo, sobre la realidad, creo que uno quiere hacerle caso a esa mirada de resistencia. Una manera de atacar al mundo, pero sin necesariamente herir, sino más bien con el ánimo de dilucidarte a ti mismo y crear lucidez a otros. Siento que uno puede despertar cosas muy interesantes a la gente a través de las palabras, sea cual sea la modalidad, no solo como poesía, aunque como poesía, opino que tal vez sí golpea más, y, por muy cliché que suene, uno transforma la realidad con esto, o al menos yo me abrazo a que así sea.
Tártaro presenta
[LA IGNORANCIA ES LA FELICIDAD]
Y hablas de la felicidad como si supieras/ Y hablas de la muerte, de vientres/ de niños que se hacen gimiendo en silencio y se deshacen también gimiendo
en silencio.
Y hablas del amor como un tranvía vadeando el tórax/ Como si alguna vez hubieses visto el tranvía
Como si supieras dónde queda el tórax/ Como si supieras dónde queda el amor.
//Papá, es por mi bien
Lavaré los platos, con agua fresca
me limpiaré los hilos rojos/mis rodillas serán piedras sobre las que ha de sostenerse tu miseria que será también mi miseria
Me iré a dormir.
Yo también hablo como si supiera.
Rojas, A. (2017)